miércoles, 4 de febrero de 2015

Conducir con mal tiempo

En este post ofrecemos una recopilación de consejos para poder circular cuando la situación meteorológica no es favorable para la conducción. El invierno exige otra forma de conducir: más suavidad, más precaución y más preparación, tanto del vehículo como del propio conductor. La meteorología propia de la época invernal influye de forma notable en la forma de conducir. No solo se reducen las horas de luz natural, sino que resta visibilidad y, sobre todo, disminuye drásticamente la adherencia, lo que exige aumentar la distancia de seguridad y manejar el volante, la palanca de dirección y los pedales de freno y de aceleración sin brusquedades.
 

15 ideas seguras

  1. Si sale de viaje, planee el itinerario, evite carreteras secundarias y consulte el servicio de avisos de meteorología.
  2. Llene el depósito para disponer de calefacción por si permanece mucho tiempo bloqueado; además, el coche tendrá más agarre.
  3. Use un líquido lavaparabrisas resistente a la congelación; y verifique la presión de los neumáticos en frío.
  4. Recargue la batería del móvil por si tiene una emergencia; pero no lo use mientras conduce.
  5. Use ropa cómoda que no le impida el manejo del volante; y no conduzca con botas.
  6. No abuse de la calefacción, puede producir somnolencia. Una temperatura entre 21 y 23 grados es la ideal.
  7. Reduzca la velocidad. Circule por debajo del límite que marcan las señales, pensadas para tiempo seco, y aumente la distancia de seguridad.
  8. Prevea dónde está el hielo. Por la noche, las temperaturas bajan drásticamente y el agua procedente del deshielo de la nieve de los márgenes se ha podido congelar; y vigile unbrías, puentes y pasos elevados.
  9. Antiniebla. Utilice los antiniebla también con lluvia y nieve intensas; desconéctelos si existe riesgo de deslumbrar a los que circulan detrás.
  10. Siempre con luces. Si su vehículo no dispone de luces de día, circule siempre con el alumbrado de carretera. 
  11. Use marchas largas si hay poca adherencia, y maneje el cambio, el freno y el acelerador con suavidad.
  12. Lleve cadenas. Para instalarlas busque un lugar adecuado, en terreno firme y fuera de la calzada, y señalícelo con los triángulos.
  13. Retire el coche para no estorbar a los quitanieves si se queda atascado; señalícelo y quédese dentro administrando la calefacción.
  14. No tense el freno de mano si se prevé una helada intensa: las pastillas podrían quedarse pegadas a los discos (deje una marcha metida o cálcelo); y evite dejar las escobillas pegadas al cristal.
  15. Pare y descanse. La tensión a causa de las malas condiciones de la circulación invernal suelen requerir mayor atención; haga paradas cada 90 minutos o 150 km.

Conducir con lluvia

La circulación con tiempo lluvioso exige una mayor atención por parte del conductor o conductora, para prevenir los riesgos que se derivan de viajar sobre pavimento mojado. Tanto neumáticos como parabrisas han de encontrarse en perfecto estado antes de iniciar la marcha; durante el trayecto, hay que respetar las distancias de seguridad, la velocidad y conectar el alumbrado si la visibilidad es deficiente.
Unos neumáticos desgastados no desplazan bien el agua y pueden ser la causa de un accidente. Por eso, hay que sustituirlos periódicamente.
En condiciones meteorológicas adversas, modere la velocidad y aumente la distancia con respecto a los automóviles que circulan delante. Piense que con el piso mojado se necesita más espacio para detener el vehículo.
Las escobillas de los limpiaparabrisas deben estar siempre en buenas condiciones. No debemos esperar a que empiece el mal tiempo para cambiarlas.


En caso de tormenta

Si nos vemos envueltos en una tormenta cuando circulamos en nuestro vehículo deben adoptarse una serie de medidas preventivas.
El interior del vehículo es un lugar seguro ante la caída de rayos, pero siempre y cuando mantengamos el habitáculo totalmente cerrado, incluidas las ventanillas.
No conviene tener encendidos sistemas eléctricos que no sean estrictamente necesarios para el funcionamiento del vehículo, tales como el radiocassette, que pueden sufrir descargas eléctricas.
Si la intensidad del aguacero lo aconseja es incluso conveniente detener el vehículo al borde de la calzada, donde no afecte a la circulación, y esperar a que pare de llover.
No hay que detenerse nunca en lugares que puedan suponer peligro para otros usuarios, como túneles o debajo de puentes, ni aún en caso de tormentas de granizo.

Conducir con niebla

En tiempo frío y húmedo suele aparecer en algunas zonas la niebla, fenómeno meteorológico que reduce drásticamente la velocidad. En su presencia, hay que disminuir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad. Es preciso encender el alumbrado y no guiarse por falsas referencias, ya que la niebla desfigura la realidad.
Hay zonas de Euskadi que son más propensas a la aparición de la niebla. Quienes circulan por ellas habitualmente deben tenerlo en cuenta pues el nivel de riesgo aumenta con este fenómeno.
Una práctica habitual con niebla es guiarse por las luces traseras del coche que precede. Es peligroso ya que el conductor o conductora de dicho vehículo no tiene más visibilidad que nosotros y puede inducirnos a cometer errores.
Si nos guiamos por la línea central de la calzada debemos hacerlo sin circular por ella, pues podemos encontrarnos con otro vehículo en sentido contrario haciendo lo mismo y colisionar con él.


Conducir con nieve

La nieve limita la visibilidad y la adherencia, sobre todo si se hiela. Cuando se congela la propia humedad, el peligro se hace invisible, ocultándose en cualquier resguardo dela carretera.
La nieve oculta las señales y marcas viales, reduce la visibilidad del conductor y puede producir sensación de mareo.
Con los primeros copos la calzada es muy deslizante; y, a medida que crece el espesor, las dificultades aumentan y no podrá circular si no lleva cadenas.
Encienda el alumbrado de cruce, reduzca la velocidad y aumente la distancia de seguridad.
Circule por las rodadas de otros vehículos y evite manejar con brusquedad el volante, el acelerador y el freno. Para iniciar la marcha no acelere, suelte suavemente el pie del acelerador.


El peligro de las heladas

El hielo es un elemento muy negativo para el tráfico, incluso para el de peatones. Se forma en poco tiempo y es difícil advertir con tiempo su presencia. Por eso, en los días de mucho frío, hay que adoptar precauciones en lugares sombríos, puentes y zonas expuestas a corrientes, empleando gran suavidad en el uso del freno.
Frente al hielo, la mejor medida de seguridad que se puede tomar en días de mucho frío es conducir con la máxima precaución, previendo su presencia sobre todo en determinados tramos.
El parabrisas es uno de los primeros sitios en los que puede apreciar la existencia de hielo, pero existen mecanismos más fiables, como los termómetros que miden la temperatura exterior, muy aconsejables en invierno.
Cuando el hielo aparece, ni tan siquiera los modernos sistemas como el ABS o la tracción total nos liberan del peligro de sufrir un patinazo, por lo que no cabe más que disminuir la velocidad y aumentar la prudencia.


Y recuerde...

  • Informese del estado de las Carreteras, a través de los teléfonos 011 (DGT, Trafikoa en Euskadi) ó 945 21 72 72 (Centro de Control de Carreteras de Araba/Álava) y en las páginas web www.dgt.es, www.trafikoa.eus o www.araba.eus.     
  • Ante un estado de meteorología invernal adversa, sólo salga si resulta absolutamente necesario y lleve el depósito lleno.
  • Atienda las informaciones de los paneles de mensaje variable instalados en las carreteras.
  • Circule con la máxima precaución adaptando la conducción en cada momento a las circunstancias meteorológicas.

Fuente: DGT Dirección General de Tráfico www.dgt.es
Fuente: Dirección de Tráfico del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco-Eusko Jaurlaritzako Segurtasun Saileko Trafiko Zuzendaritza www.trafikoa.eus
Fuente: Diputación Foral de Álava-Arabako Foru Aldundia www.araba.eus
y elaboración propia. 

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