La Fundación para la Seguridad Vial FESVIAL en colaboración con la DGT han organizado el primer encuentro MOVI-TEC, un foro concebido para analizar los vínculos entre movilidad, tecnología y seguridad desde una perspectiva transversal: unir la ingeniería, la gestión pública, la investigación y la educación ciudadana en torno a un objetivo común: salvar vidas en la carretera mediante una conducción más segura, más sostenible y cómoda.
El encuentro ha reunido a representantes de la administración, la industria automotriz, la movilidad, centros de investigación y de formación quienes han debatido sobre cómo dar a conocer e intentar acelerar la implantación real de los Sistemas Avanzados de la Asistencia a la Conducción y con ello reducir drásticamente la siniestralidad en las carreteras. La iniciativa surge de una preocupación compartida de la Dirección General de Tráfico y FESVIAL: aunque la tecnología existe, su conocimiento y su uso real aún son insuficientes. “
Necesitábamos un espacio como MOVI-TEC para sentar en la misma mesa a todos los actores implicados. Este es el primer paso de un camino que continuará en los próximos años”, explicó Ignacio Lijarcio, de FESVIAL. Por su parte, Pere Navarro, director de la DGT, añadió que “
la tecnología es una aliada, pero solo funcionará si la sociedad confía en ella y la entiende”.
LOS SISTEMAS ADAS TECNOLOGÍA QUE SALVA VIDAS
Los ADAS —por sus siglas en inglés Advanced Driver Assistance Systems— representan uno de los mayores avances de la ingeniería automotriz en las últimas décadas. Estos sistemas ayudan al conductor a anticiparse a situaciones de riesgo, corrigen errores humanos y mitigan las consecuencias de un accidente cuando éste resulta inevitable. Según estimaciones de la Comisión Europea, la implantación generalizada de los ADAS podría evitar hasta 25.000 fallecidos y más de 140.000 heridos graves en las carreteras europeas durante la próxima década. Pero para saber realmente cuánto salvan, quién los usa, qué se conoce de ellos y cuáles son sus limitaciones, Bosch y FESVIAL pusieron en marcha el Proyecto VIDAS (Seguridad Vial y ADAS). Entre 2020 y 2025, el proyecto ha desarrollado cinco estudios independientes —documental, epidemiológico, sociológico, comercial y técnico— que, por primera vez, ofrecen una radiografía completa del papel de los sistemas ADAS en España.
Los resultados de los estudios de VIDAS son concluyentes: la tecnología está lista y disponible pero la sociedad aún no del todo afirma Ricardo Olalla, vicepresidente de ventas de Bosch Mobility para España y Portugal. Los principales resultados de los estudios del proyecto VIDAS indican que:
- Eficacia preventiva: si todos los vehículos las incorporaran, los ADAS podrían prevenir o mitigar el 40 % de los accidentes, el 37 % de las lesiones graves y el 29 % de las muertes viales.
- Causas humanas: estos sistemas actúan especialmente sobre factores de riesgo como distracciones, fatiga y somnolencia, responsables de la mayoría de los siniestros.
- Desconocimiento social: el 40 % de los conductores no sabe qué sistemas equipa su coche, y muchos no confían en que actúen mejor que ellos.
- Valor en la compra: solo un tercio de los compradores considera los ADAS un factor relevante; la mayoría sigue guiándose por precio o prestaciones.
- Visión de los concesionarios: aunque el 93 % de los vendedores los ve cada vez más importantes, uno de cada tres no los utiliza en su argumentario de ventas.
- Talleres especializados: ocho de cada diez reconocen que necesitarán reciclaje técnico; seis de cada diez ven en ellos una oportunidad de negocio.
- Barreras de implantación: alto coste de reparación, falta de piezas, escasa formación y reticencia de algunos conductores a utilizarlos.
- Grupos de riesgo: los jóvenes confían más en sus capacidades que en la tecnología; los mayores valoran su utilidad, pero temen su complejidad.
En conjunto, el proyecto concluye que la implantación de los ADAS en España no es solo un desafío tecnológico, sino cultural, educativo y económico. La clave no será solo fabricar mejores sensores, sino formar conductores digitalmente competentes y crear políticas de incentivo y renovación del parque. Según Jose Maria Galofré, consejero delegado de Volvo Car España y vicepresidente de Fesvial, “los ADAS son una revolución comparable al cinturón de seguridad, pero necesitan algo más que ingeniería: necesitan confianza social”.
LA JORNADA
La jornada contó con dos mesas de diálogo. La primera de ellas reunió a Ricardo Olalla (Bosch España), José María Galofré (Volvo Car España), Francisco Aparicio (INSIA) y Eduardo Mayoral (ALSA). El debate giró en torno a una idea común: la tecnología ya está preparada; ahora falta que la sociedad la acompañe. La mesa derivó hacia un consenso amplio: la tecnología salva vidas, pero solo si la industria, la administración y el conductor hablan el mismo idioma. Como resumió Lijarcio, “no necesitamos más dispositivos, sino más comprensión social de lo que ya tenemos.”. Moderada por Juan José Arriola (DGT), la segunda mesa bajo el nombre acercando la tecnología vial al ciudadano reunió a Enrique Lorca (CNAE), Silvia Ubago (Fundación RACE) y Paula Gómez (Arval España). Fue la sesión más próxima a la realidad de los ciudadanos y pedagógica, centrada en cómo hacer que los ADAS sean comprendidos, aceptados y usados por todos.
EDUCACIÓN, COOPERACIÓN Y CONFIANZA: EL NUEVO TRIÁNGULO DE LA SEGURIDAD VIAL
A lo largo de la jornada, el término “educación” se repitió casi tanto como “tecnología”. Los ponentes coincidieron en que el éxito de los ADAS dependerá de un triángulo inseparable: educación del conductor, cooperación institucional y confianza social. El debate dejó ver un país comprometido con la seguridad vial y que avanza: una administración que regula y educa, una industria que innova con propósito, una investigación y desarrollo que valida y una ciudadanía que empieza a escuchar. El desafío, según concluyeron varios ponentes, será convertir esa suma de voluntades en una estrategia común y sostenida.
Fuente: DGT Dirección General de Tráfico www.dgt.es ::