Los Niños como Peatones

La conducta de los niños, sus limitaciones, su corta experiencia, su incesante actividad, se enfrentan con un tráfico cada vez más veloz y no siempre en manos de conductores responsables. Vamos a ver el comportamiento de los niños frente al tráfico rodado, una información destinada a padres y conductores para mejorar la seguridad vial de los pequeños.
El mayor riesgo de accidente se presenta al comenzar y terminar las clases, cuando hacen su presencia en las calles. La mayoría de las lesiones ocurren entre el mediodía y las 18.00h. La mayoría de los accidentes se producen cuando los niños se introducen en la calzada saliendo de entre vehículos estacionados.
Muy pocos niños debajo 8 años de edad pueden tener una noción clara y precisa de los riesgos que importa su comportamiento arriesgado o impulsivo. Y las principales razones para que ello ocurra son las siguientes:

• Son impulsivos, tienden a hacer cosas sin pensar primero.
• Creen que si ellos pueden ver un conductor, el conductor también puede verlos.
• Creen que los automóviles pueden parar instantáneamente.
• Pocos pueden juzgar la velocidad del tráfico o la distancia a que se encuentran los vehículos.
• El campo de visión de un niño es la tercera parte de la del adulto.
• No reconocen o reaccionan indebidamente frente a situaciones inseguras.

El mejor consejo para los padres es que se constituyan en un ejemplo para sus niños. Los niños más jóvenes tienen un alto riesgo de sufrir accidentes porque no han desarrollado aún un sentido de peligro. Antes de dejar que los niños crucen solos las calles, es importante que los padres lo hagan innumerables veces con ellos. Los niños desarrollan habilidades mediante la repetición y refuerzo positivo.

Es aconsejable que los padres llevan a cabo las siguientes practicas de seguridad con sus niños:

• Enseñarles a leer y comprender las señales de tráfico. Acostumbrarlos a estar alerta ante peligros potenciales.
• Mirar a izquierda y derecha cuidadosamente antes de cruzar calles muy transitadas.
• Detenerse en el paso de cebra.
• Nunca correr en las aceras ni al salir a la calzada.
• Cuando adviertan que no hay vehículos, señal de cruce seguro, verificar la ausencia de tráfico y asegurarse de la ausencia de riesgo.
• Permanecer siempre sobre la acera y cruzar por los pasos de cebra.
• Nunca cruzar entre automóviles estacionados.
• Al caminar de noche o durante las horas del crepúsculo, usar ropa de colores claros y detalles reflectantes en su ropa o calzado. Evitar caminar solos de noche.

Los padres deberían supervisar los niños continuamente, hasta comprobar que son buenos peatones, aún en momentos de distracción. También es importante que los padres instalen los lugares de juego alejados de calles o zonas con transito activo.
Los niños necesitan aprender a ser peatones seguros. Sin embargo, la responsabilidad también recae en los conductores, quienes deberían bajar la velocidad en zonas de escuelas o áreas residenciales, teniendo siempre presente que los niños son impulsivos y tienen tendencia a pensar poco antes de actuar.

No le dé mal ejemplo. Explíquele porqué le da estos consejos y prohibiciones. Él debe tomar conciencia de lo que es el peligro.

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1. Anticipe la imprevisibilidad del niño: Sea consciente de sus límites. Él no puede reaccionar como un adulto. Es necesario tenerlo en cuenta en su manera de conducir.
2. Doble la vigilancia:

• En las cercanías de los centros escolares y parques.
• En los pasos de cebra y en los semáforos.
• Mientras gira en una intersección.
• Cuando llega a la altura de un vehículo que interfiere su visibilidad.
• Cuando retrocede marcha atrás o hace una maniobra.
• Cuando sale de un estacionamiento o un garaje.
• Sobre los trayectos familiares, donde tiene tendencia a estar menos atento.
• En condiciones de mal tiempo.
• Respete la reglamentación: carteles de señalización, luces, pasos protegidos, estacionamiento, consumo de alcohol.
• Marche menos rápido: el ojo distingue mal cuando se conduce rápido, pero si usted marcha lentamente tendrá tiempo para reaccionar si un niño surge delante suyo.