domingo, 15 de marzo de 2009

Los Niños como Pasajeros

Por encima de todos los esfuerzos que se realizan para proteger al conductor, mucho se ha avanzado en el conocimiento del comportamiento de los niños como pasajeros, desde el punto de vista de su conformación física y su respuesta a las excepcionales aceleraciones y desplazamientos internos que se producen durante los accidentes. Los fabricantes de automóviles están dirigiendo sus esfuerzos hacia el diseño de nuevos asientos para niños, que incorporan a sus modelos más recientes y que, como es tradicional, irán extendiéndose paulatinamente hacia las unidades accesibles a un mayor número de usuarios.


Para esto hay que conocer las características físicas de los niños. Es erróneo imaginar a los más pequeños como adultos de tamaño más reducido, pero con resistencia mecánica similar a la de los mayores. Entre los 0 y 4 años, el cuello de un niño tiene una tolerancia menor que la de otros niños de mayor edad o los adultos. Además, su cabeza es, proporcionalmente, más grande y más pesada que la del adulto, si se la relaciona con el tamaño de su cuerpo. En tales condiciones, en el caso de un impacto en el vehículo en que viaja, la zona cervical de su columna estará sujeta a solicitaciones mecánicas muy exigentes, que no está en condiciones de soportar. Todas estas referencias parecen tener una directa relación con el alto porcentaje de lesiones cervicales y cerebrales que afectan a los más pequeños en los accidentes de tránsito.
Basándose en estos datos, un conocida marca europea está incorporando y recomendando el uso de asientos envolventes para niños de hasta 4 años. En ellos el niño está ubicado con la espalda hacia adelante. Esto permite que pueda repartir en una mayor superficie los esfuerzos extraordinarios que se desarrollan durante un choque. Su diseño envolvente evita los desplazamientos de la cabeza, tanto hacia adelante como hacia los costados.

Para niños desde los 4 a 10 años de edad, el diseño del asiento se ha orientado a evitar el efecto de deslizamiento hacia adelante, por debajo del cinturón de seguridad, desplazamiento que puede provocar lesiones en el abdomen y la columna, si dicho cinturón no está adecuadamente colocado.

Algunas informaciones y recomendaciones adicionales servirán para compartir con nuestros niños un tránsito más seguro en su condición de pasajeros. Las más importantes:
  • Comporta un grave riesgo llevar a un niño en brazos de un mayor, en la convicción de que así estará a salvo de golpes o desplazamientos. En una colisión a 50 km./h contra un obstáculo, la deceleración convierte a un niño de 10 kg. en una masa de media tonelada, que resulta inmanejable para quien lo lleva.
  • Es recomendable, como hemos visto, colocar al niño en un asiento con cinturón, de espaldas a la dirección de marcha y en el centro del vehículo, de manera de evitar las consecuencias de choque frontales y laterales.
  • No colocar objetos ni paquetes en la superficie plana bajo la luneta trasera. Si no hay lugar en el baúl, conviene llevarlos en el piso del vehículo.
  • Acostumbrar al niño, desde su más tierna edad, a usar los sistemas de sujeción con que vienen provistos los vehículos.
  • Explicar a los niños, cuando están en condiciones de entender e interpretar el mensaje, los riesgos a que se exponen si abandonan el uso de los implementos de seguridad.

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