viernes, 7 de diciembre de 2018

La calle San Ignacio de Loyola muestra su nuevo aspecto sin terminar las obras

Las obras para reformar la calle San Ignacio de Loyola están a punto de terminar. La previsión es que concluyan la próxima semana. De hecho, los trabajos se encuentran prácticamente finalizados, aunque todavía quedan pequeños remates en el extremo más cercano al Parque del Norte.


Mediante esta actuación se han ampliado las aceras de la calle para mejorar el tránsito peatonal por la zona, se ha incluido un bidegorri (todavía no pintado) y se minimizará la congestión de tráfico en horas punta. Las labores se adjudicaron a la empresa Yarritu S.A., por un importe de 1.424.106,12 euros.

Mediante esta intervención planteada por los vecinos y vecinas de la zona, el Ayuntamiento ha acometido una importante redistribución de los espacios. Uno de los aspectos a mejorar es que se han eliminado las plazas de aparcamiento a ambos lados de la calzada, a excepción de las destinadas para la carga y descarga. También se han mantenido dos para personas con movilidad reducida y varias paradas de estacionamiento de 15 minutos.

También se han retirado del lugar dos alineaciones de árboles, muy próximas a la fachada, y se ha retranqueado uno de los laterales del parterre del parque del Norte con el objetivo de ganar espacio. Gracias a todas estas actuaciones, se ha logrado espacio suficiente para ensanchar las aceras hasta los cuatro metros de ancho. En una de las aceras, incluso, se ha creado un bidegorri (todavía no pintado).

El proyecto diseñado por el Departamento de Medio Ambiente y Espacio Público también contemplaba la sustitución de los pavimentos y la calzada y la reforma de la red de drenaje, sumideros y rejillas. Aprovechando la intervención, el Ayuntamiento ha renovado las redes de recogida neumática (los buzones de la acera norte se han trasladado a la Sur, más cerca de las personas residentes y para permitir la creación del carril-bici). La red de saneamiento y abastecimiento de AMVISA también se ha reformado completamente y se ha aprovechado para soterrar el cruce aéreo de la red de telecomunicaciones mediante soterramiento. En cuanto al alumbrado, también se han llevado a cabo mejoras.

Antes de la intervención, esta vía de aproximadamente 230 metros de largo contaba con problemas de accesibilidad y un aspecto verdaderamente envejecido. La calle se había quedado anticuada y sus aceras resultaban muy estrechas, a pesar de ser un espacio muy transitado por usuarios y usuarias de dos centros de formación. También eran cada vez más las bicicletas que transitaban por esta calle, que supone una conexión ciclista importante entre las calles Portal de Arriaga y Portal de Legutiano.

El pavimento de la calle San Ignacio de Loyola, de la misma forma, se encontraba en mal estado: contaba con parches, blandones localizados y fisuras. Por otra parte, las aceras contaban con 2,50 metros de ancho y la existencia de árboles en ambas dificultaba su sección útil. En cuanto a los espacios para los vehículos, la calle contaba con dos carriles para un único sentido de la circulación. Y además, dos bandas de aparcamiento.

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Fuente: Ayuntamiento de Vitoria-Gasteizko Udala www.vitoria-gasteiz.org


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